Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son bellaquería, no vida. Por eso odio a los indiferentes.
La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar.
La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?
Odio a los indiferentes también por esto: porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.
Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la consciencia de los de mi parte el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos.
Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes
Instruyámonos, porque necesitamos de toda nuestra inteligencia,
ResponderEliminarOrganicémonos, porque necesitamos de toda nuestra fuerza,
Movilicémonos, porque necesitamos de todo nuestro entusiasmo. (ANTONIO GRAMSCI)
Hoy he recibido este mensaje:
ResponderEliminarHoy lunes la brigada de delitos tecnológicos ha vuelto a interrogar y acusar a una twittera (@almu_en_lucha) perteneciente al movimiento 15m Madrid,(ya interrogó a otro integrante del mismo movimiento), por escribir citas del filósofo italiano Antonio Gramsci, los cargos por los cuales se le ha retenido se desconocen por el momento, aunque en palabras de la activista “le acusan de escribir tweets violentos” por citar a la filosofía de este marxista de principios de siglo XX.
El caso de lo ocurrido en Madrid es exactamente igual al ocurrido durante la dictadura egipcia donde Karen Amer estuvo 4 años preso por escribir en su blog.
Os mando el enlace:
https://twitter.com/almu_en_lucha/status/288250944439869441
Increíble pero cierto. Es aplicable la famosa frase de Gramsci:
“Pesimismo de la razón, optimismo de la
voluntad”.