Esta Plataforma está constituida por miembros de la comunidad educativa de Pozuelo y de Aravaca, vecin@s y personas que bien a título individual y/o perteneciendo a distintos colectivos, se organizan para defender y promover la calidad de la Enseñanza Pública
domingo, 27 de enero de 2013
martes, 22 de enero de 2013
Educación, el pacto imposible
La educación es una materia siempre controvertida en cualquier política gubernamental pues conlleva una carga ideológica profunda respecto a la visión que transmitimos a las futuras generaciones de lo que se considera el patrimonio común y de cómo se ha de construir la sociedad y la civilización humana.
Por eso es tan radicalmente difícil llegar a un “pacto educativo” que concite concepciones tan diferentes sobre el ser humano y el tipo de ciudadanía y civilización que ha de construir para conseguir un mundo más justo y mejor. De hecho, desde los sectores conservadores y neoliberales ni siquiera se plantean que haya que construir un mundo más justo y mejor. Es más, en el fondo sigue latiendo el modelo tradicional que únicamente se renueva en la terminología recientemente con el nuevo “neolenguaje orwelliano” inaugurado por el PP que habla de “ajustes” para evitar el término “recortes” o “centros de iniciativa social” para ocultar que se refiere a colegios privados.
El sector neoliberal sigue convencido de que unos sirven para estudiar y otros para trabajar a los que hay que derivar en itinerarios cuanto antes al mercado laboral, lo que ahora denominan “atender a los talentos” de cada uno. Por supuesto, sus hijos e hijas son los que sirven para estudiar, aunque sea a base de pagar cientos de horas de clases particulares. Para ellos, unos tienen talento para el éxito escolar –sus hijos e hijas y los de su clase social- y otros lo tienen para el trabajo manual –los destinados a la formación profesional o a los itinerarios basura, vía para expulsarles cuanto antes al mundo laboral-. No creen que haya que destinar ni esfuerzos ni recursos para integrar al alumnado que más dificultades de aprendizaje tiene. Son esos quienes deben ir destinados al mercado laboral de la precariedad, la temporalidad y la rotación. Afirman convencidos que esos no han sabido aprovechar las oportunidades que se les dieron.
“El sector neoliberal sigue convencido de que unos sirven para estudiar y otros para trabajar, a los que hay que derivar en itinerarios cuanto antes al mercado laboral”
El sector conservador, con claros y firmes principios morales, aborrece materias que puedan adoctrinar a las futuras generaciones en valores tan poco recomendables como el reconocimiento de la diversidad en los modelos familiares y en la orientación sexual, especialmente aquellas en los que se hace referencia a la homosexualidad o a los matrimonios formados por personas del mismo sexo. No quieren hacer zozobrar a las futuras generaciones abordando contenidos tan controvertidos como las causas que provocan la violación de derechos humanos, la pobreza o la desigualdad, ni que haya alusiones a los conflictos sociales y las desigualdades que se dan en nuestra sociedad. Para ellos es clave recuperar los “valores de toda la vida”, como la defensa de la iniciativa económica privada en la generación de la riqueza, el fomento del espíritu empresarial o la moralidad de los postulados de la iglesia católica que transmite la asignatura de religión católica, que esa sí debe estar en todos los centros como materia dura y evaluable desde educación infantil. Sólo así consideran saldrá una juventud formada y recta.
El sector neoliberal, que tiene una fé ciega en la libre regulación del mercado y la desaparición del Estado (excepto cuando les tiene que rescatar), apuesta por externalizar los servicios educativos a sus empresas, privatizar la gestión de los centros educativos públicos, regalar el suelo público a sus empresas privadas para construir negocios educativos. Lo defienden porque creen firmemente en su propio dogma, reiteradamente han demostrado en todos estos años de crisis, de que la iniciativa privada que ellos abanderan lo hace mejor y de forma más eficiente que la titularidad y gestión pública. A esto lo denominan ahora “racionalizar”, “gestionar eficientemente” o “educación de calidad”, cuando no “autonomía”, refiriéndose a que se recorte la financiación de nuestros impuestos a los centros educativos públicos (hay que destinarlos a rescatar a los bancos) y puedan tener suficiente “autonomía” para buscar nuevas y creativas fuentes de financiación (tasas, repago, patrocinadores, etc.). Lo privado es mejor que lo público, reza su mantra, que ni siquiera tumba su santo patrono Díaz Ferrán, ni la “intachable” actuación de Lehman Brothers.
“El sector neoliberal apuesta por externalizar los servicios educativos a sus empresas, privatizar la gestión de los centros públicos”
El sector conservador que tradicionalmente abogaba por “la letra con sangre entra”, ahora lo traduce en la eufemísticamente denominada “cultura del esfuerzo”. Pero, en el fondo, sigue siendo la misma idea: cree profundamente en el esfuerzo del sacrificio. Por supuesto, el “sacrificio de los otros”, pues hace mucho tiempo que inventó el concepto de “hipocresía”, sabiendo que era a los demás a quien había que pedir que tuvieran una “vida ejemplar de sacrificios y esfuerzos” mientras que los suyos sabían que tenían reservados toda clase de “placeres”, mientras aparentaran rectitud y una vida “intachable”. Para eso tenían recursos, para tapar los escándalos o para poner preceptores particulares a su progenie que los sacara adelante como fuera. Por eso no tienen ningún empaque en exigir que la educación se convierta en un camino de penitencia y sufrimiento, trufado de pruebas y exámenes continuos, que convierte la educación en un auténtico ‘vía crucis’.
Con todo “realismo” se plantean que es un sinsentido buscar estrategias y formas de motivar y entusiasmar al alumnado por el conocimiento y el aprendizaje. No se puede confiar en esos haraganes y objetores escolares (por supuesto, no sus hijos e hijas, faltaría más), por lo que hay que volver al tradicional modelo de enseñanza basado en la presión de los exámenes y reválidas, frente a ese modelo educativo “liberal” centrado en las necesidades y motivaciones del alumnado. Un ‘vía crucis’ selectivo donde en cada estación vayan cayendo aquellos que no se sacrifican con suficiente entusiasmo en el ara del esfuerzo y la adaptación al sistema. Condenados por su propia falta de sacrificio. Culpables, al fin.
El sector neoliberal defiende la teoría de la competitividad darwinista, donde sobrevive el más fuerte y que mejor se adapta al actual sistema: el capitalismo. Así los centros educativos tendrán que aprender a competir entre ellos, anunciando en el mercado de consumo su especialización y sus logros en los rankings que se publicitarán, como si de una liga de fútbol se tratase. Según ellos se les debe aplicar el denominado “efecto mateo”, aludiendo a la parábola de los talentos en el evangelio: aquellos centros que tienen se le dará más financiación y tendrán en abundancia, pero a los que no tienen, se les quitará aun lo que tienen. Es la ley del mercado. Aquellos “productos” más demandados son a los que tenemos que reforzar.
Lógicamente los centros reaccionarán buscando la forma de estar en la parte más alta posible del ranking, dedicando el tiempo escolar de forma eficiente a preparar las reválidas para que los resultados del alumnado les permita estar en primera división, no sea que las familias ya no les elijan y la financiación se recorte. Ya no se tratará de qué puede hacer el centro escolar por el alumno o alumna que entre en él, sino qué puede hacer el alumno o alumna por el centro escolar para que suba y no baje en el ranking. Lógicamente los mejores centros, en este modelo selectivo darwinista, tenderán a desembarazarse de aquel alumnado que pueda poner en peligro su clasificación en el ranking: alumnado con diversidad, de minorías o con dificultades de aprendizaje.
Este es el nuevo mundo, la nueva epifanía educativa, que nos anuncian neoliberales y neoconservadores en la actual LOMCE. ¿Es posible un pacto educativo, siquiera un acercamiento con estos talibanes, fanáticos convencidos de que hay clases y cada uno debe estar “donde dios manda”? Ellos lo tienen muy claro. Como ha repetido numerosas veces su gurú y talismán, Warren Buffet: “la lucha de clases claro que existe y nuestra clase la va ganando por goleada”.
Las veces que se ha intentado, la última con el anterior ministro Gabilondo, lo único que se ha conseguido es que la educación girara todavía más hacia estos postulados, tratando de calmar y contentar a estos talibanes de fe inquebrantable. Un ejemplo plausible fue cómo el propio ministro introdujo dentro del sistema público el sector privado subvencionado con dinero público, algo que consagraba y establecía taxativamente como definitiva la doble red de centros públicos y privados-concertados (que fueron creados de forma provisional para llegar a donde lo público no llegara). No es de extrañar que en la actual LOMCE el PP avance en este sentido y postule ya la subsidiariedad de lo público respecto a lo privado. Es decir, que la programación de la educación obligatoria tendrá que tener en cuenta la oferta de centros privados concertados existente además de la demanda social a la hora de dar respuesta a la planificación escolar en todo el territorio.
No es posible hacer pactos educativos con quienes quieren reducir el período de enseñanza obligatoria, excluyendo a una parte de quienes han sido incluidos en el último medio siglo mediante reválidas, itinerarios, especialización centros, etc. No es posible hacer pactos educativos con quienes quieren reformular el principio de gratuidad de un derecho social como es la educación mediante el repago, los cheques, la deducción fiscal, la subida de tasas, etc. No es posible hacer pactos educativos con quienes quieren consolidar y aumentar la diferenciación de dos redes de educación, recortando la educación pública y potenciando la privada, mediante la equiparación de la concertada (con el eufemísticamente término “Servicio Público de Educación”), la cesión de suelo público a empresas privadas, la explotación de centros públicos por negocios inmobiliarios, etc.
Agustín Moreno, Enrique J. Díez, José Luis Pazos y Miguel Recio son coautores del libro Qué hacemos con la educación.
lunes, 21 de enero de 2013
Ayudarle a hacer los deberes no es ayudarle
Faltan tres días para los exámenes de Matemáticas y Ciencias de Álvaro, de 10 años, que estudia en un colegio concertado con fama de duro. Miguel, su padre, se sacaba las castañas del fuego a su edad, pero estos días se tomará la tarde para repasar juntos las materias más duras. ¿Es necesario? ¿Perjudica a su autonomía? “Los padres y, sobre todo, las madres de todos los estratos sociales dedican varias horas diarias a ayudar a sus hijos con los deberes o a vigilar que los hagan. Y esta realidad contrasta con el extendido y falso discurso de que el fracaso escolar se debe a que los padres no se preocupan por la educación de sus hijos”, sostiene Enrique Martín Criado, profesor de Sociología en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. El 80% de los estudiantes de primaria reciben ayuda y el 45% de los de secundaria, según la Encuesta sobre los hábitos de estudio de los niños españoles de TNS Demoscopia.
“Los padres empezaron a involucrase hace más de una década. No solo por las medidas de conciliación familiar, también porque los padres de ahora tienen al menos estudios medios, algo de lo que no disfrutaron las generaciones anteriores”, explica la pedagoga Maite Rodríguez Estévez, que imparte cursos para educadores y terapeutas. “Eso ha hecho que la relación padre-hijo se escolarice. Lo que importa son los resultados académicos. Todo gira alrededor de esa necesidad y se ha olvidado el inculcar valores, el juego, la responsabilidad... No hay tiempo para otras cosas en las horas que pasan juntos”. La también maestra pone como ejemplo las actividades extraescolares que ya no son en su mayoría deportivas —como tradicionalmente—, sino clases de refuerzo o de inglés. “Hay una obsesión por la cantidad, cuando no se trata de echarle horas”.
Implicarse no puede significar hacerle los deberes al alumno. “El padre se tiene que poner en la posición del entrenador. Un entrenador no corre con el jugador ni tiene que comer las mismas calorías, ni, por supuesto, sufrir sus lesiones. Un entrenador tiene dos funciones fundamentales: organizar y asesorar con el objetivo de mejorar el rendimiento”, argumenta la psiquiatra Orlanda Varela.
Como ella opina la mayoría de expertos. “Las tareas deben entenderse como un compromiso que el alumno debe adquirir, pero sin precisar de la orientación constante de otra persona”, recalca el equipo pedagógico del Liceo Francés de Madrid. En otras palabras, codos sin nadie en la silla de al lado.
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domingo, 20 de enero de 2013
jueves, 17 de enero de 2013
Los problemas de la educación (y las soluciones)
Vídeo elaborado desde la Comisión de Educación del 15M de Leganés, en el que se explican los problemas a los que se enfrenta la educación y qué soluciones proponen. Esta dedicado a la lucha de la mareaverde, y queremos compartirlo en nuestro Blog.
martes, 15 de enero de 2013
10 Preguntas a Lucía Figar
10 preguntas que nos gustaría que Ana Pastor hubiese preguntado a Lucía Figar si aún siguiese dirigiendo "Los Desayunos de TVE"...
1. A día de hoy, ¿sigue afirmando que la educación puede mejorar con más de 3000 profesores menos en las plantillas de los centros?
2. ¿Sabe ya en que tanto por ciento se incrementó el número de alumnos que no promocionaron en Junio al acabar el curso de los recortes 2011-2012 en los centros públicos de la Comunidad?
3. ¿Estaría dispuesta a mantener aquí y ahora que ese aumento no tuvo que ver con los recortes de sus instrucciones del año pasado?
4. ¿Qué tiene que decir a quienes le acusan de prevaricar por haber contratado a profesores Irlandeses y Británicos sin haber pasado una oposición antes de que el Ministerio estableciese "salvedades" para estos casos?
5. ¿Qué le ha dicho su Consejería a las familias de los alumnos del Bachillerato de excelencia que ven como sus hijos, aún esforzándose más, sacan luego notas más bajas que los compañeros que cursan el bachillerato ordinario?
6. ¿Sigue estando prohibido entrar con camiseta de la marea verde en la Consejería de Educación y en las Direcciones de área territorial?
7. ¿Han tenido alguna contrapartida los empresarios que le dedicaron un premio cuando más arreciaban las críticas contra Ud el invierno pasado?
8. ¿Es verdad que ha instado a la Inspección a desatar una caza de brujas entre los claustros más opuestos a sus medidas?
9. Si los equipos directivos de los centros Educativos dimitiesen en masa, como lo están haciendo en la Sanidad Pública, ¿qué medidas tomaría Ud?
10. ¿Puede contarnos qué palabras le dirigió la Presidenta Aguirre al equipo Directivo del IES Virgen de la Paloma cuando se enteró que su director había muerto de un ataque al corazón a las pocas horas de que su Consejería le hubiese dado el disgusto de quitarle 40 profesores para el curso siguiente?
Hernán Jaén Diez
Profesor IES de Madrid
Hernán Jaén Diez
Educación y negocio
La educación también está iniciando su proceso de privatización, puesto que ven en ella un negocio, tanto de dinero como de control social. Como dice Enrique Leyra fundador de la empresa de capital riesgo Mágnum “la educación es un sector atractivo y que en estos momentos de crisis cobra aún más interés”.
El Estado invirtió en educación, en 2010, el 4,9% de su PIB, casi un 20% menos que en la Unión Europea y prevé reducirlo al 3,9% del PIB en 2015, es decir un 40% del de la UE Esto representa una falta de inversión pública que ronda los 11.000 millones de euros anuales en el año 2015.
La falta de inversión pública abre la puerta a la entrada del dinero privado. La historia nos dice que cuando se produce una bajada de inversión en educación por parte del Estado, siempre acude el sector privado al olor del dinero.
¿Por qué se reduce el presupuesto educativo público? ¿Por qué en otras muchas cosas se nos imponen los criterios de la Unión Europea y en educación no?
Los recortes en la educación pública no tienen nada que ver con la crisis, sino que se trata de la implantación de un programa educativo basado en la ideología neoconservadora, que nos lleva a unas aulas masificadas, con una gran precarización del trabajo docente (tanto laboral como salarial) y con una reducción de los servicios educativos, que atacan directamente a la igualdad y equidad del sistema. Uno de los aspectos más positivos que destacaba el informe PISA es que el sistema educativo español es de los más equitativos e igualitarios. Este programa neoconservador nos conduce a un callejón sin salida.
El país europeo, que con más fuerza defiende la enseñanza privada es Bélgica, sus resultados PISA son malos, mientras que países en los que el sector público esta entre el 90-95% como Alemania y Finlandia obtienen muchos mejores resultados.
La reforma Wert la podemos enmarcar en este programa neoconservador. Una reforma educativa low cost, hecha con saldos programáticos de inicios del siglo pasado, que pretende mejorar la calidad de la enseñanza con menos recursos, con planteamiento superados hace años, pero eso sí con mucha más demagogia ¿Existen milagros educativos? no.
¿Hay negocio en la educación española?
Sí. Veamos algunos datos. En el curso 1999/2000, la educación privada no universitaria ganó más de 132 millones de euros y la educación universitaria tuvo un beneficio de 141 millones de euros. El total de beneficio educativo privado estuvo en los 273 millones de euros.
En el curso 2009/2010, la educación no universitaria tuvo un beneficio de 490,5 millones de euros, mientras que la universitaria fue de casi 184 millones. En total, el beneficio de ese curso fue de 674,5 millones.
¿Qué ve el mercado en la educación?
Para los inversores privados en el negocio educativo hay dos aspectos importantes:
• Representa un negocio muy estable, que proporciona flujos financieros previsibles y eso le da una gran estabilidad financiera.
• Es una actividad en la que, si se hace bien, te puedes diferenciar del resto y puedes aportar mucho más valor añadido.
Las empresas de riesgo calculan, que en ocho años consiguen rentabilizar la inversión. Como dice Enrique Leyva “la educación en este momento ofrece una gran oportunidad para la colaboración público privada, como sucede en el sector sanitario”.
La UNESCO habla que la educación mueve al año dos billones de dólares y en España ronda los 60.500 millones, de los cuales 50.000 es de dinero público y 10.500 provienen de las familias. Como vemos, mucho dinero para que el mercado no lo quiera poseer. Debemos saber que la privatización de la escuela es un ataque a un derecho fundamental de la persona, la educación.
Como dice Agustín Moreno, la privatización convierte a los ciudadanos en nuevos clientes usuarios de un sistema educativo privado, que solo pueden consumir en función de sus posibilidades económicas.
Al igual que en otros sectores públicos como la sanidad, también en la educación se escucha la cantinela de que la privada es más eficiente que la pública y para ello se escudan en que el alumno privado resulta más barato ¿Es esto cierto? Sí, pero se olvidan de analizar por qué se produce esto. Veamos.
Las unidades de curriculum adaptado UCE, sólo existen en la pública. En mi instituto que está situado en un barrio pobre de Pamplona hay siete alumnos de la UCE para dos profesores y medios con una atención muy personalizada. También tenemos el PILE, programa de inmersión lingüística para extranjeros, que no existen en los colegios privados, teniendo 8 alumnos con dos profesores y medio. El 90 % de los alumnos extranjeros están en la educación pública, y requieren un alto nivel de atención y de medios. En mi instituto el 45% de nuestro alumnado es inmigrante, mientras que a cien metros hay un colegio del Opus Dei que segrega por sexos y que no tiene inmigrantes.
Otros factores que encarecen la enseñanza pública es que se atiende a todo el sector rural del país llegando hasta los lugares más pequeños ¿Han visto ustedes algún colegio privado en un pueblo de 500 habitantes? Evidentemente porque no es rentable económicamente, pero sí socialmente. A todo ello debemos añadir que el profesorado de la privada tiene unas peores condiciones laborales y salariales. Eso si nunca debe trasladarse a pueblos con el coste personal que supone en muchos casos a los de la pública y además nunca han pasado una durísima oposición como sucede con el profesorado de la enseñanza pública. A todo ello para finalizar, debe añadirse que la enseñanza privada debe obtener un 10% de media de beneficio sobre el pago del alumno, el negocio es el negocio.
Los resultados obtenidos por los colegios privados en la selectividad son muy llamativos. La privada puntúa una media de dos puntos más en el currículo de sus alumnos que la nota que obtienen en selectividad, lo que confirma que inflan las notas a sus alumnos. Mientras que en la enseñanza pública la diferencia del currículo del alumnado y la nota de selectividad sólo es de un punto. A pesar de esto, los resultados de la selectividad entre la pública y la privada son muy parejos.
En el mundo opaco de la enseñanza concertada, el presidente de la patronal privada, Enrique Maestu se quejaba del aumento de cuotas por parte de algunos colegios “En Madrid hay colegios concertados que no son fundaciones, sino entidades de lucro que cobran unos 4.000 euros anuales o más, cuando el estado costea al profesorado y casi todo el mantenimiento. Antes se pagaba 60 euros pero no lo de ahora”.
La política actual del gobierno del PP y de la patronal de la privada consiste en reducir el peso de los recursos públicos y obligar a las familias a pagar por segmentos de la educación que tiene un valor diferencial: extraescolares, refuerzos y apoyos, idiomas, informática, música...
En todo este mercadeo de dinero en que se ha convertido la educación privada, hay una cosa que ha quedado clara, la defunción de la pedagogía. Pidamos que el modelo educativo a seguir sea el de Finlandia o el de los países nórdicos y que poco a poco toda la educación sea pública como en estos países, como garantía de equidad e igualdad entre todos los españoles.
Profesor y licenciado en Historia
domingo, 13 de enero de 2013
¿Pero qué novedades trae la LOMCE?
Como todos los integrantes de la Plataforma por la Educación Pública de Pozuelo y Aravaca, el APA del CEIP Asunción de Nuestra Señora de Pozuelo de Alarcón está muy preocupada por el contenido de la nueva Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) y por la forma en que esta ley va a afectar a corto y medio plazo a la educación de nuestros hijos y al funcionamiento del nuestros centros escolares. Por este motivo, la citada APA organizó una reunión informativa sobre el último borrador de este texto, invitando a varios especialistas que informasen sobre los principales cambios que incorpora la citada ley.
La charla tuvo lugar la tarde del pasado 19 de diciembre de 2012 en las instalaciones del CEIP Asunción de Nuestra Señora, con la presencia de Laura Vargas, en representación de la FAPA Giner de los Ríos /(http://www.fapaginerdelosrios.es/) y de Rafael Feito http://rafael-feito.blogspot.com.es/), profesor de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM.
Agradecemos mucho a ambos su asistencia Asimismo, la organización invitó al concejal de Educación del Ayuntamiento de Pozuelo a exponer sus opiniones sobre la LOMCE. El señor Ulecia agradeció la invitación pero excusó su asistencia por problemas de agenda. Se le propuso que viniera otra persona en su representación, a lo que no se obtuvo respuesta alguna.
Os dejamos a continuación los enlaces a las intervenciones grabadas de Laura Vargas y Rafael Feito:
Intervención de Laura Vargas
Intervención de Rafael Feito
martes, 8 de enero de 2013
Indiferentes
Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son bellaquería, no vida. Por eso odio a los indiferentes.
La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar.
La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?
Odio a los indiferentes también por esto: porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.
Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la consciencia de los de mi parte el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos.
Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes
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