martes, 2 de abril de 2013

JORNADA ESCOLAR CONTINUA Y PARTIDA


Desde hace varios años, cada mes de febrero, numerosos colegios públicos de educación infantil y primaria estallan en un conflicto sin precedentes con motivo del posible paso de la jornada escolar ordinaria (de 9.30 a 13.00 y de 15.00 a 16.30) a la jornada continuada (de 09.00 a 14.00). Resultan clamorosos el silencio mediático y la inoperancia de nuestros gestores educativos ante un tema –en apariencia tangencial al núcleo de la enseñanza- que se ha convertido en estelar en buena parte de nuestros centros escolares. 

En los últimos tiempos he tenido la desagradable ocasión de ser testigo directo, en varios colegios, de dos situaciones igualmente dolorosas. En primer lugar, el manifiesto abuso de poder moral por parte de cierto sector del profesorado que no ha dudado en loar acríticamente las supuestas maravillas –nunca demostradas- de la jornada matinal. Y, en segundo lugar, lo que empieza siendo un debate sobre tiempos escolares termina por degenerar en enfrentamientos –entre profesores y familias y entre familias- y en la negación del diálogo. Todo ello es prueba manifiesta de la falta de madurez de nuestra sociedad civil y de la superficialidad de los hábitos democráticos. 

¿Por qué, repentinamente, tantas familias –habitualmente inducidas por los claustros- han descubierto una suerte de paraíso en la jornada matinal? Las razones son diversas. Hay familias, como ocurrió en Canarias, que optan por una estrategia de clase media consistente en tener lo mínimo de la escuela que no diferencia socialmente -el horario matinal de la escuela pública- para por la tarde configurar una escuela a la carta con saberes muy valorados socialmente (inglés, informática, etc.). En el caso de la ciudad de Toledo, capital de CastillaLa Mancha, asistimos a la repentina aparición de unos padres y madres funcionarios que viven en urbanizaciones y desean llevarse a sus hijos a casa a la salida del trabajo. En otras ocasiones nos encontramos con amas de casa que no ven razón alguna para tener que hacer los dos viajes adicionales al colegio que suponen la jornada ordinaria. Con todo ello se ha preparado un cóctel explosivo en el que los particularismos horarios de cada cual han encontrado fácil vía de expresión. 

Para todas las consejerías de educación la jornada habitual es la partida. Es decir, ninguna se atreve a decir que dé igual una jornada u otra y para pasar de la ordinaria a la matinal se imponen una serie de requisitos previos. Obviamente, hay casos excepcionales en los que la jornada continua puede ser la única solución, especialmente en determinados ámbitos rurales aislados. 

Parece obvio que la carga de la prueba –sobre las ventajas de la jornada continua, o al menos sobre su inocuidad- debe recaer sobre quienes proponen el cambio. Si alguien dijera que se rinde más de 18.00 a 22.00 le exigiríamos que adujera pruebas y, aún así, dudo de que la sociedad estuviera dispuesta a modificar sus ritmos temporales. 
Debe quedar bien claro que la reivindicación de la jornada matinal nada tiene que ver con la innovación educativa. Pretende exclusivamente mejorar el horario laboral de los funcionarios docentes. Aparece a partir de ciertos elementos contingentes: centros rurales sin comedor, centros con dobles turnos –especialmente en secundaria y últimos años de la antigua EGB-, la sequía en Andalucía, obras que aconsejan terminar antes, etcétera. 

En los últimos años se ha generalizado en comunidades autónomas como Canarias, Andalucía y Extremadura y en algunas ciudades como Toledo, Alcalá de Henares en Madrid y algunas otras. Sin embargo, hay comunidades como el País Vasco y Cataluña donde este debate se planteó y fue rechazado contundentemente. Todo apunta a que allí donde existe una escuela concertada amplia la escuela pública mantiene su jornada. Esta es una cuestión básica: ¿por qué –salvo alguna excepción puntual o allí donde se produce el efecto de arrastre de la pública- la concertada opta por la jornada ordinaria? Es más, ¿por qué la concertada suele ofrecer el primer ciclo de la ESO en régimen de jornada partida? De la jornada de los institutos de secundaria mejor ni hablar. 

El profesorado partidario de la jornada matinal no ha dudado en afirmar –y así lo hace en los escritos para sondear la opinión de las familias- que la jornada matinal supone una mejora pedagógica y organizativa inequívoca. Nada más lejos de la verdad. Poco se sabe sobre si se rinde menos en cualquiera de las jornadas. Uno de los informes más completos sobre esta cuestión, el realizado en Galicia por José Antonio Caride, señalaba que tres cuartas partes del profesorado decían que el rendimiento es mayor en la continua. Sin embargo, sus datos indican que hay entre un 10% y un 20% más de fracaso escolar en los centros de continua. No obstante, no es un dato concluyente aunque sí indiciario: pudiera ser que estos tuvieran peores resultados antes del cambio de jornada. Lo que sí detecta Caride es que los niños en centros de jornada 
continua tienen más deberes para casa que sus compañeros con jornada ordinaria. 

Tal vez sea cierto que la última hora de la tarde sea poco efectiva –aunque no tanto como para equipararla a la siesta de pijama y orinal-, pero lo mismo puede ocurrir con la última de la mañana en la continua. Lo poco que hay en las áreas de cronobiología y cronopsicología choca con las creencias espontáneas de muchos profesores. Así, por ejemplo, no es verdad que la mejor hora sea la primera de la mañana. Sin embargo se sabe que se mejora mucho a partir de la cuatro, justo cuando empiezan las extra-escolares. Con este dato: ¿nos plantearíamos por esto una jornada partida con mayor duración del horario de comedor? 

El informe de Caride detectó una mayor fatiga de los alumnos en la continua que en la partida. El de Fernández Enguita –a partir de pruebas realizadas en colaboración con la Universidad de Alcalá- demostró que no hay un derrumbe del rendimiento o de la concentración por la tarde. 

Los efectos beneficiosos sobre la organización escolar son cuando menos dudosos. El hecho de que los maestros tengan varias tardes libres no se ha traducido en una intensificación de su formación permanente. La atención a los padres se ha trasladado a horarios inverosímiles. Así la confederación de APAs Miguel de Cervantes de Castilla-León denunciaba en el consejo escolar regional que en la mayoría de los centros los horarios de visitas son de 14 a 15 o en Toledo se han registrado quejas sobre el escaso cumplimiento de la 
exclusiva de 8 a 9. Las actividades extraescolares que se exigen para la jornada continua quedan al albur de las preferencias presupuestarias de los ayuntamientos. En algunos casos los comedores desaparecen debido a la escasez de niños que permanecen en el colegio a partir de las dos de la tarde. 

Como decía al comienzo, lo más lamentable es la distorsión y deterioro de la convivencia democrática que está suponiendo en muchos centros el posible paso de una jornada a otra. La orden de la Consejería de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, exige dos mayorías cualificadas simultáneas del consejo escolar para iniciar y poner punto final al proceso: dos tercios del propio consejo y la mayoría absoluta del sector de padres –lo que en una más que previsible votación secreta significaría recontar aparte los votos de los padres-. No contenta con ello, la orden obliga a las asociaciones de padres y madres a hacer una asamblea informativa y de debate en la que puede haber votaciones –lo lógico es que las haya-. ¿Significa esto que se rompe el esquema de democracia representativa y pasamos ahora a la lógica del asamblearismo? 

¿Estarían ahora los padres consejeros, que son representantes de la soberanía popular, ligados por mandato imperativo? Y, si es así, ¿por qué no se hace una asamblea de padres antes de aprobar, por ejemplo, la programación general del centro o las normas de convivencia? 

Rafael Feito Alonso. 
Profesor titular de Sociología de la Educación de la UCM. 
rfeito@cps.ucm.es

6 comentarios:

  1. Hay madres y padres que preferimos la jornada continua porque lo consideramos lo mejor para nuestros hijos e hijas. Tenemos derecho a planificar mejor las tardes de los niños sin traslados inútiles. Más tiempo para leer, deberes, jugar, deporte, ocio. La jornada de los demás niños no se modifica en nada. Siguen teniendo comedor y el recreo correspondiente y saliendo a las 16:00

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  2. Hola Anónimo:
    Hay algunos coles que salimos a las 16:30 por lo tanto ya nos están arañando media hora (hay padres que trabajan con jornadas españolas en una ciudad como Madrid).

    Hay algunos coles que son muy pequeños, con linea 1, y que la escasez de actividades extraescolares es importante. El servicio de comedor se puede ver disminuido incluso eliminado por la menor afluencia de niños. ¿que hacemos los padres que cuando matriculamos a nuestros niños teníamos unas condiciones que ahora nos cambian? ¿porque unos niños se tiene que sentir aparcados en el colegio a comer y obligados a realizar unas actividades extarescolares? ¿Nadie piensa en ellos?
    Cuando algunos padres se den cuenta que esto es una maniobra MÁS para dejar los coles públicos, coles de mínimos que serán para los niños que sus padres no tienen medios para pagarles uno privado, será demasiado tarde y ya no habrá solución.
    Es triste pero esta segregación de niños por la capacidad económica de sus padres, me parece lo mas repugnante. De aqui a poco tiempo tendremos alumnos y enfermos de segunda o tercera. Y todo intentando poner estas guindas tipo cambios de jornada.

    Anónimo, si me cambian el horario del cole de mis hijos, lamentablemente tendré que llevarles a uno privado donde me ofrezcan una jornada adaptada a mi horario de trabajo. Vivo en España y cada vez trabajo mas horas por menos. Igual que muchos otros.

    Suerte que al menos un año mas gozaré en nuestro cole de jornada partida, porque estoy en el Consejo Escolar y he votado NO a este ataque. Lamentablemente, me ha costado disgustos con profesores del colegio. Situación esta que me repugna porque a ellos si les han puesto la miel en los labios a consta de que otros salgan perdiendo. Y discusiones con los padres. Con estos han sido los menos, porque en caso contrario me hubiese dado cuenta que quizas estaba yo equivocada. Pero por suerte, la mayor parte de los padres no estaban de acuerdo.
    Un saludo
    Patricia Cabal
    Defensora de lo Público de calidad y para todos
    Madre ante todo

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  3. LA ESCUELA PUBLICA ESTA EN PELIGRO, NOS DIVIDEN Y ENFRENTAN A PROFESORES Y PADRES QUE QUIEREN LA JORNADA CONTINUA Y PADRES QUE PREFIEREN LA JORNADA ORDINARIA (DIVIDE Y VENCERAS) Y NOS ESTAN DESMANTELANDO LA ESCUELA PUBLICA, NO NOS QUEJAMOS DE RECORTES, SOLO DE LA JORNADA QUE PENA, MUCHAS GRACIAS.

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  4. Os recomiendo este estudio que ha elaborado la AMPA del Rosa Luxemburgo para aquellos que queráis tener una perspectiva más amplia de lo que significa el cambio de jornada. http://aparosaluxemburgo.org/sites/default/files/comentarios_propuesta_mejora_apa_0.pdf
    Como dicen por arriba en algún comentario, creo que hay cosas más importantes por las que luchar en este momento, que entrar en un debate que solo supone enfrentamientos entre padres, padres y profesores....
    Es una pena que caigamos tan fácilmente en este debate, que al final es un caramelito, que ha colocado en el momento adecuado la Consejería de educación a los profesores de la educación pública, en unos momentos en los que se les están recortando derechos y sueldos. Y si seguimos mirando nuestro propio ombligo irá a peor!

    Lo que me parece más lamentable es que los equipos directivos y claustros entren a trapo, de manera precipitada y sobre todo sin existir estudios claros acerca de la bondad o no de la jornada continua.

    Por favor no nos dejemos engañar por una administración que lo único que quiere es dejar una educación pública de mínimos, y que todos terminemos pagando la concertada (a ser posible religiosa) y la privada. O es que en los centro privados también se están planteando los profesores y padres la jornada continua? NO verdad! uiss que raro!!!!

    Isabel López

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  5. Bueno anónimo, yo llevo bastante tiempo peleándome de diversas formas activas contra los recortes....pero ahora estábamos hablando de esto otro....
    en fin siguiendo los sabios consejos de Isabel, no entremos más al trapo que parece que es lo que buscan.
    Patricia Cabal

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  6. Este debate es propio de los 90 del siglo pasado. Lo que hay que plantearse es ¿qué estamos haciendo con nuestros hijos? Niños que entran a las 7.30 a los desayunos del colegio y prolongan su jornada, de lunes a viernes e incluso los sábados, con actividades extraescolares hasta que los padres puedan, o en el peor de los casos quieran, hacerse cargo de ellos.

    ¿Jornadas de 12 horas para los niños? El debate: cambio de jornada laboral para los padres. O cambio del modelo de paternidad. No deleguemos la educación de nuestros hijos en maestros, monitores y demás.

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