lunes, 19 de marzo de 2012

'El compromiso social con la Educación: el papel de las asociaciones de padres y de madres' de Laura Vargas

Debemos crear nuevos modelos para que los adultos puedan enseñar a sus hijos no lo que deben aprender sino cómo deben hacerlo, y no con qué deben comprometerse sino cuál es el valor del compromiso” 
Margaret Mead.
 
 En España, la participación es un derecho reconocido en la Constitución de 1978, conquistado, junto con otros derechos fundamentales, en un largo y costoso proceso de transición política a la democracia.La sociedad democrática se construye y fortalece en la medida en la que sus ciudadanos adquieren conciencia de su responsabilidad individual y colectiva —“No hay democracia sin conciencia de pertenencia a una colectividad política”, dice ALAIN TOURAINE—, y del papel que les corresponde en la defensa de las conquistas democráticas y en el ejercicio de las misma. Esta conciencia y su puesta en marcha (materialización) que es la participación, son las únicas maneras de fortalecer un sistema político que garantice los avances sociales para el conjunto de la población.
Un verdadero compromiso social exige ocupar los espacios que corresponden a la ciudadanía como eslabón necesario en la elaboración de propuestas para todos y cada uno de los temas que nos atañen directamente y con los que cada cual se sienta más implicado.
 En el caso del derecho constitucional a la educación y en el del derecho a la participación de los padres y madres, el ejercicio de la intervención combina la obligación individual del seguimiento del proceso de enseñanza aprendizaje con la expresión colectiva en la demanda de mejoras educativas, de puesta en común de experiencias y aspiraciones y de elaboración de propuestas.La participación dentro de los centros escolares es fundamental, porque la escuela (en su conjunto), tal y como nos dice el pedagogo Santos Guerra, tiene como misión fundamental contribuir a la mejora de la sociedad a través de la formación de ciudadanos críticos, responsables y honrados, e inscrita  en esta dialéctica está la construcción de la democracia.
Siguiendo con Santos Guerra, los padres y madres pueden y deben desempeñar un papel clave en los procesos de educación de sus hijos, “de ahí la relevancia para que las instituciones educativas no obvien ni manipulen su auténtica y real participación para que ésta no quede en una simple parodia o pantomima. Fomentar la participación de los padres y madres, concederles la voz y la posibilidad de cuestionar la gestión de los centros facilita el desarrollo y la mejora de éstos y la de sus miembros”.
Participar significa intervenir en la toma de decisiones que nos afectan, que repercuten en nuestra calidad de vida y también en el bienestar del conjunto de la sociedad, participar es comprometerse, comprometerse es “estar en la Escuela”.
 Estas palabras cobran especial sentido en el momento en que nos encontramos. Estamos asistiendo a un progresivo y sistemático desmantelamiento de la escuela pública de manos de las políticas neoliberales que el Partido Popular viene realizando en la Comunidad de Madrid desde hace ya varios años. Y ahora vamos viendo cómo esas políticas se extienden por todo el país esta vez de la mano del Ministro de Educación, Ignacio Wert.
Y esto no es ni accidental, ni fortuito, ni coyuntural, ni fruto o producto de la crisis, como quieren hacernos creer y como lo han disfrazado. No son reformas ni es una cuestión de “solidaridad profesional”, y todos y cada uno de los niveles están afectados, especialmente la educación infantil, donde después de cuatro años de ataque continuado encontrar una plaza pública es misión imposible.
Y todo esto con el objetivo mencionado de desmantelar la escuela pública y con un método: la desafección social, y ésta ha tenido y tiene sus momentos y escenarios específicos y apunta directamente al movimiento asociativo. ¿Cómo? Construyendo discursos ad-hoc (discursos de verdad), conforme van haciendo reformas (eufemismo de recortes). Primero ese discurso se centró en los sindicatos, desprestigiando y deslegitimando su papel como representantes de los trabajadores; luego llegó a los funcionarios, calificándolos de “privilegiados” y de “insolidarios”; más tarde apeló a la libertad de elección de centro por parte de las familias, falacia donde las haya, porque lo único que se está defendiendo de  es la libertad del mercado y por ende, la libertad de los centros a elegir a sus alumnos. 
Y de esa manera, con el objetivo claro y el método aplicado, buscan y trabajan la fragmentación de la realidad en porciones: se ha recortado la realidad en estructuras estancas, de manera tal que el ataque a un colectivo concreto en lugar de generar corrientes de solidaridad generara apatía en el mejor de los casos, llegando a la coexistencia de multitud de luchas particulares sin poder articularse en causas más generales. 

Cada “sector” ha particularizado su lucha, la ha hecho propia y eso genera mucho desconcierto en la población, además de desconfianza y, nuevamente, más apatía. Y eso, los movimientos de padres y de madres llevamos años tratando de sortearlo desde los centros escolares y en la absoluta defensa de la Escuela Pública, porque sabemos muy bien que defender la escuela pública es defender un modelo de sociedad en donde hay lugar para la diversidad, para la equidad, para la gestión democrática y la participación social. Desde el compromiso y el trabajo conjunto. Desde una Comunidad Educativa fuerte y unida.Un modelo de sociedad donde hay lugar para los derechos sociales, donde hay lugar para el Estado de Bienestar.
Y ahí estamos todas y todos involucrados.

Laura Vargas
Investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid, miembro activo de movimientos asociativos de padres y madres y Plataformas en Defensa de la Escuela Pública y socia de Ciudadan@s por la Educación Pública. www.yoestudieenlapublica.org

1 comentario:

  1. Me parece un texto muy interesante sobre todo esto último que da para mucho. Sería para hablarlo largo y tendido.
    La sociedad española desde, creo, que la implantación del sistema político democrático ha ido despolitizándose a marchas forzadas. No sé si como consecuencia de la desilusión del pueblo por las clases políticas o por el marcado carácter individualista de la población o por ambas. Lo positivo de la situación actual es que nunca ha habido en España un momento de tanta participación ciudadana como actualmente. Sin embargo se sigue insistiendo por parte de muchos integrantes de estos movimientos de la desvinculación de sus ideas con un ideario político: "Todos son iguales". Personalmente discrepo. Política es la actividad humana que tiene como objetivo gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. Es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo en asuntos públicos(wikipedia). Pienso que este es uno de los males y que desorienta y disgrega a unos sectores de otros. No hay que temer a la política. Se hace política continuamente. No es lo mismo el ideario que defiende lo público al que defiende lo contrario. Creo que es necesario definir bien las ideas con las que se persigue un fín y bien común y así la unión hará la fuerza y no habrá fisuras para el divide y vencerás. Es mi humilde opinión y que yo comparto.

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