Compartimos un interesante artículo que publica Ciudadan@s por la Educación Pública, La Red IRES (Investigación y Renovación Escolar) es una red estatal integrada por profesionales de todos los niveles educativos que tienen como referente para su trabajo el modelo didáctico de Investigación en la Escuela
''Escribir en estos tiempos sobre Educación no deja de ser una tarea dolorosa. Cualquier reflexión sobre los acontecimientos que vienen sucediendo últimamente deviene fácilmente en un cruce de sentimientos entre tristeza, rabia; y - si me apuran - miedo. Aun así, o más bien precisamente por ello, es necesario redoblar esfuerzos para ofrecer el perfil bueno de la enseñanza, el que ofrece la escuela comprometida, y promocionar y divulgar iniciativas que intentan mejorar la escuela desde dentro, para cambiar la sociedad que hay afuera.
Este escrito precisamente pretende contribuir muy modestamente a dar a conocer al público una de esas iniciativas, la de un grupo de profesores/as de todos los niveles de enseñanza, organizados en red y dispuestos a luchar por una escuela transformadora, una escuela de futuro, una escuela, desde luego, pública. La Red Ires - Investigación y Renovación Escolar - aglutina profesionales de todos los niveles de la enseñanza de muy diversos puntos de la geografía española, en contacto con otras redes iberoamericanas de docentes, con un denominador común: la aceptación y defensa de lo que hemos llamado “12 compromisos profesionales para una nueva educación” . Estos compromisos son algo más que una declaración de principios y retratan una escuela diferente a la escuela actual y, desde luego, muy distinta a la que – al parecer – quieren que volvamos. Así, la concepción de las clases, de los contenidos, el método de trabajo, las formas y propó-sitos de la evaluación, las relaciones personales... se plantean desde una perspectiva mucho más humana, más social y democrática, más cercana a la realidad; una perspectiva —en definitiva— más justa. Y no por ello menos científica ni menos responsable.
Este modelo de Escuela es defendido como modelo de referencia de muchos/as maestros y profesores, y no sólo los que lo declaran abiertamente en su adhesión al grupo IRES, que intentan convivir (a veces sobrevivir) en un contexto nada propicio, en el seno de una estructura en la que la relación alumnos/asignaturas está marcadamente vencida a favor de estas últimas y cuya organización parece diseñada para domesticar ciudadan@s, más que para formarlos en su sentido más profundo.
Desde el IRES entendemos que las clases son sistemas complejos, muy diversos, y grandes oportunidades para ofrecer alternativas. Los modelos sociales dominantes, la homogeneización cultural o la estandarización del conocimiento deben tener su contrapunto en las escuelas. Y esto solo es posible en una verdadera escuela pública. Las clases deben convertirse en experiencias culturales alternativas, nuestras aulas deben ser lugares de reflexión y debate sobre problemas relevantes para la sociedad y conducir a propuestas de cambio racionales y fundamentadas. Por su parte, lo contenidos de las áreas son los medios, los soportes para conseguir los propósitos finales, no pueden convertirse en fines en sí mismos. Se trata de promover realmente la formación integral del alumno/a, un desarrollo equilibrado de las diferentes dimensiones del ser humano (afectiva, social, cognitiva...); queremos ayudarlos a ser mejores personas, no únicamente personas más eruditas. Así, los contenidos no pueden ser considerados “dogmas de fe” o sistemas aislados de nuestra realidad, sino que se han de abordar de forma relativa, abierta y secuencial y en conexión con los intereses y conocimientos anteriores de los alumnos/as. Se trata de ir contrastando, haciendo evolucionar —construyendo, que no eliminando— esos intereses y esos conocimientos, ayudándolos en esa transformación personal que conduce a la madurez.
En este camino, la metodología se convierte en un elemento básico para el cambio. Nuestro sistema de referencia es el Modelo Didáctico Investigativo por el que, a partir de problemas relevantes, se buscan las respuestas a los mismos a través del trabajo, habitualmente en grupo, con los contenidos de las áreas. En cuanto a la evaluación, la consideramos un elemento de análisis que nos permite crecer y mejorar, al permitirnos la retroalimentación, tanto a los profesores como al alumnado, ya que nos ayuda en la reflexión constante sobre el trabajo realizado. La distinguimos claramente de la calificación, a la que otorgamos un papel menos preponderante, reduciendo el rol sancionador que suele acompañar a toda evaluación.
Desde nuestro punto de vista en las aulas, en general, se representa diariamente una obra —a veces comedia, a veces drama— en la que cada uno hace su papel: los maestros hacemos como que enseñamos y el alumno/a hace como que aprende. Pero la realidad es que el aprendizaje real, significativo y útil es muy escaso; razón por la que hay que retomar una y otra vez contenidos que “ya se han dado”. Los resultados son pobres y la satisfacción por el trabajo hecho muy baja. Los centros educativos... llenos de niños y adolescentes, que deberían ser hervidero de vida; están fríos... apagados. Esta situación es útil para algunos sectores; pero desde luego es injusta y peligrosa para el conjunto de los ciudadanos/as, especialmente en los momentos actuales, en los que la sociedad en crisis requiere ciudadanos críticos y creativos, capaces de imaginar sociedades diferentes.
Hay que reflexionar sobre lo que se está enseñando, cómo y por qué. Es necesario promover las competencias necesarias para la cooperación y el desarrollo personal, no las que crean consumidores o ciudadanos-obreros, preparados para alimentar les necesidades de mano de obra del capital. Hay que creerse de verdad que la Educación es el motor fundamental de una sociedad, volcarse en la formación de los maestros/as; convertir, por fin, la escuela —como dice Frato— en una escuela para todos/as. Una escuela abierta a la sociedad, no alienada en un mundo paralelo, una escuela que forma parte de su entorno y trabaja por mejorarlo... podríamos decir que una escuela, al fin, realmente PÚBLICA, en el sentido más literal de la palabra. Somos muchos más de lo que parece los que apostamos por ello''.
Si quieres conocernos mejor nos encontrarás en nuestra página web: www.redires.net
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