martes, 30 de octubre de 2012

Qué hacemos con la educación

Extracto editorial de 'Qué hacemos con la educación' (Akal), coordinado por Agustín Moreno, en el que colaboran Enrique J. Díez, José Luis Pazos y Miguel Recio.
1. La educación en tiempos de recortes 
La educación pública española, a consecuencia de los compromisos de los sucesivos gobiernos con la iglesia católica y con la patronal de la enseñanza, nunca ha llegado a romper del todo con las tres principales herencias del franquismo: segregación clasista, confesionalidad y un amplísimo sector privado costeado con fondos públicos. No obstante, se han logrado importantes avances en el desarrollo de la red pública, con un incremento notable de centros y de profesorado, bajada de ratios de alumnado por aula, ampliación de la edad escolar obligatoria, escolarización casi total desde los tres años, y mayor acceso a estudios superiores de las capas populares.
Esta línea de conquistas está siendo sistemáticamente atacada desde hace tiempo en diferentes Comunidades Autónomas por los gobiernos de la derecha, cuya ideología mercantilista y privatizadora (“menos Estado y más mercado”) quiere convertir la educación en un negocio, poniendo gran parte de los nuevos centros educativos en manos de la enseñanza privada concertada, mayoritariamente católica. Este proceso de privatización, que pretende convertir la escuela pública en subsidiaria de la privada, se ha acentuado de forma exponencial en los últimos años.
Y más ahora que, con el pretexto de la crisis, se ha abierto la veda contra la educación pública y se está aplicando todo un programa sistemático de desmantelamiento, mediante continuos recortes y estrangulamiento económico. Desde las políticas conservadoras del gobierno central y los autonómicos se ha decidido entrar a saco en ella a través de una reducción estratégica de la inversión, en términos de PIB, con el consiguiente intento de deterioro de la calidad y equidad de la educación pública española. Podemos estar, si no se detiene, ante un retroceso histórico que nos devolvería a la escuela de pobres del franquismo y, en consecuencia, a una universidad sólo para ricos.
El Real Decreto-ley 14/2012 de 20 de abril recorta 3.000 millones de euros en educación, de forma adicional a la reducción contenida en los Presupuestos Generales del Estado para 2012. Si unimos lo anterior a los más de 3.000 millones recortados en los dos últimos años, estamos hablando de un billón menos de las antiguas pesetas en inversión educativa. Así se reconoce en el Programa Nacional de Reformas presentado por el gobierno actual ante Bruselas.
Los recortes aplicados suponen además la eliminación progresiva de la educación de 0 a 3 años como etapa educativa, la práctica desaparición de la formación permanente del profesorado, la precarización de la función docente (más horario lectivo, menos retribuciones, sustitución de bajas a partir del décimo día), la masificación de las aulas (brutal aumento del 20% de la ratio alumnado-aula), junto a una reducción drástica de becas y de la oferta educativa en ESO, Bachillerato, FP y Escuelas de Idiomas, mediante un recorte del 66% en transferencias a las Comunidades.
Estos tijeretazos se suman a los que ya han hecho las propias Comunidades en años precedentes, reduciendo plantillas, salarios, gastos de funcionamiento de centros, tutorías, desdobles y apoyos, materias optativas, módulos de formación profesional, servicios de orientación o biblioteca, ayudas para adquisición de libros de texto, de comedor y actividades complementarias.
Y como corolario de todo lo anterior, una salvaje reducción de empleo público educativo. Medidas como la eliminación de horas de trabajo del docente fuera del aula para transformarlas en horas lectivas, el incremento de ratios y la reducción de la atención a la diversidad han dejado ya, o van a dejar, sin empleo a decenas de miles de profesoras y profesores interinos. Una reducción drástica y repentina que es fácil para la Administración, al haber mantenido desde hace años unas altas tasas de temporalidad totalmente injustificadas, con un profesorado competente que ha demostrado su valía y experiencia de forma sobrada y que juega una función imprescindible en las aulas para asegurar la calidad educativa.
Con estas medidas, no sólo puede incrementarse el fracaso escolar, sino que centenares de escuelas públicas serán fusionadas (especialmente en el ámbito rural), al aumentar las ratios y reducir las plantillas, mientras que los programas de apoyo y refuerzo serán laminados. Y todo ello a la vez que se han extendido los conciertos educativos, incluso en etapas no obligatorias, y se está subvencionando a familias que optan por centros privados de élite.
A lo anterior hay que añadir la asfixia económica de la Universidad pública española, que ha perdido unos 370 millones de euros desde 2010 (algo más del 5%), a lo que se suma el bárbaro recorte en Educación Superior y en I+D+i, a la par que aplican una brutal subida de tasas universitarias, aumentan las horas lectivas del profesorado universitario en un 50%, convierten la docencia en una especie de “castigo” para los no investigadores, expulsan al profesorado asociado por miles e impiden realizar ninguna convocatoria de plazas fijas en las universidades públicas.
Los ejes básicos de la nueva contrarreforma Wert, denominada Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación, giran en torno a los siguientes principios y medidas:
1º. Reducir el número de asignaturas y centrar la carga lectiva en unos contenidos mínimos y elementales, lo que en la terminología neoconservadora se llama “volver a lo básico”. Dedicar así el período de educación obligatoria a preparar mano de obra barata y flexible, dotada con unos conocimientos instrumentales básicos para acceder a un mercado laboral precario y en constante rotación. Lo que Berlusconi resumió con el lema de las tres “ies”: “Inglese, Internet, Impresa” (traducido en España, este último, por “espíritu emprendedor”). De paso, recentralizar la educación y debilitar el peso de las humanidades, las sociales y las enseñanzas artísticas.
2º Itinerarios a partir de los 12 o 13 años: en la práctica supondrá segregar, seleccionar y clasificar cuanto antes al alumnado. Se quieren sustituir los programas de cualificación profesional (PCPI), una vía para aquel alumnado con mayores dificultades de aprendizaje y que sólo se utilizaban en último extremo para dar una oportunidad de titulación con una orientación hacia el mundo laboral a los 16 años, por un nuevo ciclo de Formación Profesional Básica (FPB). Ésta se adelanta incluso a 2º de la ESO si se ha repetido. No permite titular en ESO ni da acceso directo a la Formación Profesional de grado medio. No sería una opción muy excepcional sino una vía ancha para empujar de forma masiva hacia la FPB a alumnado muy joven. Además, se empuja a estos programas al alumnado que tenga una “situación socioeconómica desfavorable”, equiparando así pobreza y poca capacidad para el estudio.
Se adelanta también la vía hacia la FP a 3º de la ESO, a través de asignaturas optativas, para que en 4º los itinerarios hacia la FP o el Bachillerato estén "bien diferenciados". Itinerarios que no conducirían a reducir el abandono y el fracaso escolar, como se pretende hacernos creer, sino a eliminar progresivamente la comprensividad y la igualdad de oportunidades durante la etapa obligatoria en educación, derivando cuanto antes a la población escolar con mayores dificultades o menos recursos hacia la FP de grado medio, convirtiéndola de nuevo en una vía de segunda categoría.
3º. La educación como una carrera constante de obstáculos y superación de pruebas y reválidas al final de cada etapa (Primaria, ESO y Bachillerato), apostando por un modelo de enseñanza basado en la presión del examen, frente a un modelo educativo más centrado en las necesidades y motivaciones del alumnado. Así se acaba estudiando lo que se evalúa y se centra el tiempo y los esfuerzos docentes en preparar al alumnado para resolver pruebas y exámenes en todas las etapas educativas, como ya pasa en 2º de Bachillerato de cara a la selectividad y en algunas Comunidades Autónomas con las pruebas extraordinarias que se han ido poniendo en marcha. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid con las denominadas CDI (pruebas de Conocimientos y Destrezas Indispensables).Y lo que es muy grave: se hurta la competencia al profesorado (Juntas de Evaluación) para decidir la titulación del alumnado en ESO, dejando sin valor alguno la evaluación continua que se realiza en los centros educativos.
4º. El mercado es el que debe orientar la educación. Es decir, someter los centros educativos a las exigencias del mercado, especialmente a la competitividad, estableciendo pruebas externas a nivel nacional, para ofrecer una clasificación de colegios según sus resultados. Con el fin de que los “clientes” puedan comparar y elegir aquél que más ventajas competitivas les aporte a sus hijos e hijas en el futuro mercado laboral. En este mercado competitivo las escuelas se hacen más selectivas, rechazando al alumnado que presente mayores dificultades y que pueda hacer descender sus resultados y su posición en el ranking.
5º. Los incentivos según resultados o el ‘pago por resultados’. Se trata de aplicar refuerzos e incentivos a los centros, no ya en función de las necesidades del centro y de su alumnado, sino de acuerdo con los resultados que obtienen en esas evaluaciones. En definitiva, condicionar la financiación pública a los resultados obtenidos, mediante los contratos-programa u otras fórmulas similares.
También se pretenden blindar los conciertos educativos para la patronal privada. Y legalizar aquello que el Tribunal Supremo ha considerado ilegal: recibir fondos públicos cuando se segrega y separa por sexo al alumnado, algo que hacen determinados colegios ultrarreligiosos sin ninguna base pedagógica que sustente su modelo.
6º. La denominada “Nueva Gestión”. Es decir, gestionar los centros públicos según las recetas de la empresa privada, mediante una mayor autonomía financiera que requiera de fuentes de financiación privadas ante la insuficiencia de la pública. Financiación externa de patrocinadores que imponen sus logotipos y exigencias, introduciendo los intereses privados y mercantiles en la educación pública. A ello se añade la especialización de los centros para ofrecer una oferta competitiva y especializada a la clientela; así como la “profesionalización” de la dirección, como gerentes o directivos profesionales especializados en gestión empresarial y de recursos humanos de forma “eficiente” y con rentabilidad económica.
Reducir la participación de la comunidad educativa, eliminando la capacidad de decisión de los consejos escolares en cuestiones trascendentes (proyecto educativo, presupuestos, admisión de alumnos, etc.). La administración elegirá a los directores de los centros públicos, reforzando su poder en general y especialmente en la elección del profesorado; algo especialmente peligroso cuando en algunas comunidades, por ejemplo en la de Madrid, con la excusa del bilingüismo se ha empezado a contratar irregularmente a profesores de otros países al margen del sistema de acceso a la función pública que establece la Constitución Española, desplazando de forma forzosa al profesorado que forma parte del sistema educativo español.
Está claro que con esta Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación se quiere volver a la antigua ley de educación del gobierno Aznar, profundizando aún más en este proceso de privatización, segregación y desmantelamiento de la educación pública. Algo que en vez de construir la escuela del futuro, recuperaría la mala escuela del pasado (Imbernón, 2012; Angulo, 2012)
2. El derecho a la educación 
La finalidad de la educación pública
La finalidad de la educación debe responder a una serie de cuestiones fundamentales: ¿para qué se educa? ¿Qué valores debe transmitir la escuela pública? ¿Cuál es la función social que le atribuimos a la educación obligatoria? ¿Educar para el mercado o educar para la ciudadanía? La educación tiene como finalidad básica el desarrollo humano, moral, e intelectual de las personas. Ello se materializa en los siguientes principios: la universalidad o derecho de toda la ciudadanía a la educación; la humanidad o pleno desarrollo de la personalidad de todo ser humano; la civilidad al basarse la educación en los derechos y libertades fundamentales; la autonomía , para que todas las personas puedan aprender por sí mismas (Felipe Aguado, 2010).
La educación tiene que ser pública para que tenga carácter universal, y también obligatoria y gratuita, y acoger a toda la población sin distinción de origen, condición o circunstancias. Debe asegurar la igualdad en el acceso y en el desarrollo del derecho a la educación, combatiendo un fracaso escolar que afecta sobre todo al alumnado proveniente de las clases más desfavorecidas, y permitiendo la movilidad social. Por ello es fundamental su función compensadora: dar más a quien menos tiene para que supere sus dificultades y desarrolle toda su potencialidad.
En función de la prioridad que se dé a la educación, asignamos importancia, tiempo y dedicación a unos contenidos, unas metodologías y unas actividades en el aula; así priorizaremos unos objetivos, diseñaremos el Proyecto Educativo de cada centro. ¿A qué le dedicamos más tiempo y empeño en nuestro trabajo cotidiano: terminar el temario, los contenidos o estimular la convivencia, la valoración de la diversidad y el pensamiento crítico, por ejemplo? Esto condiciona toda la práctica docente.
A la hora de responder a la pregunta de para qué la educación, pedagogos como Giner de los Ríos decían que educar es preparar al joven para dirigir su propia vida. Se educa fundamentalmente para ser personas y ello pasa por desarrollar valores en el alumnado del siguiente tipo:
El amor y gusto por la cultura y el saber, independientemente de su “utilidad en el mercado”.

La pasión por seguir aprendiendo y formándose durante toda su vida.
El sentido ético para que sean hombres y mujeres con una moral bien desarrollada.
La solidaridad en un mundo que cada día va a necesitar más de esta virtud.
El sentido crítico para que puedan distinguir lo legal de lo justo, que no siempre coinciden; lo auténtico de lo falso.
La creatividad como medio de imaginar lo que aún no se ha inventado o no es posible.
La inteligencia emocional para comprender las emociones propias y ajenas.
Y en fin, que les permita crecer como seres singulares y libres y desarrollar todas sus capacidades.
Como dice Wrigley (2007), “deberíamos ser el número uno en el mundo en porcentaje de jóvenes de 18 años que están política y socialmente implicados. Mucho más importante que nuestras puntuaciones en matemáticas y nuestras puntuaciones en ciencia es la implicación de la generación siguiente en el mantenimiento de una democracia real y en la construcción de una sociedad más justa para los que más la necesitan: los jóvenes, los enfermos, los ancianos, los parados, los desposeídos, los discapacitados, los analfabetos, los hambrientos y los desamparados.” Incluso va más allá y dice: “se deberían identificar las escuelas que no pueden producir ciudadanía políticamente activa y socialmente útil y divulgar sus tasas de fracaso en los periódicos”.
La escuela es un espacio en el que se transmiten contenidos académicos, pero estos no pueden ser indiferentes para la vida, aprendidos para aprobar los exámenes y olvidados después, ni se deben orientar en función exclusiva del mercado laboral e impartirse con unas formas de organización y funcionamiento basadas en la competitividad del mundo empresarial.
Este esquema tradicional lo que provoca generalmente son problemas de rechazo, indisciplina, conflictos, fracaso y aburrimiento, endémicos de todos los sistemas educativos de los países industrializados. Parece evidente que una escuela academicista, históricamente diseñada para la transmisión homogénea de contenidos y para el tratamiento uniforme de los estudiantes, no es el marco adecuado para formar para una vida compleja y multidimensional como la actual ni para responder a la diversidad de situaciones y a la heterogeneidad de las personas (Pérez Gómez, 2004).
Hay que recordar una obviedad que puede ser olvidada: la educación no es neutra. Es decir, cada tipo de educación responde a un modelo social y político determinado. El modelo educativo tiene coherencia con el modelo social. Así pues, debe definir si se limita a reproducirlo o aspira a transformarlo. Por ello, Paulo Freire planteaba evitar una educación “bancaria” y defendía una educación liberadora.
Si el modelo social es reproducir y conservar los valores y privilegios de una sociedad clasista y competitiva, la educación estará al servicio de dicho objetivo y estratificará la población para que esa misión se siga cumpliendo. Si se concibe un modelo social de transformación de la sociedad, la escuela será también parte de ese motor de cambio. Por ejemplo, si el modelo social es un tipo de sociedad más justa, pacífica, igualitaria y científica, deberá coincidir con un modelo de escuela inclusiva, solidaria, compensatoria y laica.
Educar para convivir, para valorar las diferencias, para cooperar, para ser críticos, para ser ciudadanos y ciudadanas en una sociedad democrática, etc., no se puede convertir en algo secundario que se atiende cuando se puede. Hay que imaginar otro tipo de sociedad mejor y posible para imaginar otro tipo de escuela posible y necesaria. A la escuela pública le corresponde una función social clara: la formación de ciudadanos y ciudadanas comprometidos con la sociedad con la que les ha tocado vivir, la preparación para el trabajo, la integración en la sociedad civil y el cambio social. Debe educar para la convivencia y para construir una sociedad solidaria y cooperativa. No olvidemos que el modelo educativo tiene que ver con la formación, información y sentido crítico de la ciudadanía. Y ello influirá en el grado de cohesión social y en la calidad de la democracia.
Como transmisora de información, ideas y conocimientos, la educación pública tiene que tener como atributo su carácter laico, para que sea plural ideológica y culturalmente y se base en los conocimientos científicos y no en las creencias de cada cual. El Estado no puede delegar su responsabilidad en entidades privadas ni permitir que cualquier ideología invada los límites del pensamiento científico y plantee otros fundamentos morales que no sean los derechos humanos y los valores universales.
En resumen, se trata de educar para saber, para pensar, para ser libre, para elegir y para mejorar la sociedad.

lunes, 22 de octubre de 2012

La mareaverde de Pozuelo en la fiesta de la bici




Nuestra convocatoria surtió efecto y fuimos unas cuantas familias  de centros públicos de Pozuelo, los que participamos en esta Fiesta organizada por el Ayuntamiento de esta localidad. Ataviados con nuestras camisetas verde característica, nos dejamos ver  por todos los vecinos así como por las  autoridades del Ayuntamiento durante todo el circuito organizado.
Bueno ese era nuestro objetivo, ni más ni menos, que en este pueblo donde gobierna la derecha desde hace décadas es bastante. Además pasamos un rato agradable en muy buena compañía. 
Gracias a tod@s por participar

Próximamente más. Seguiremos en la lucha porque creemos que defender  una educación pública de calidad  para nuestros hij@s en el país en el que nos ha tocado vivir, NO es ningún delito, es un derecho constitucional, que están incumpliendo las autoridades que nos gobiernan. Los perjudicados serán los adultos del futuro, nuestros hij@s y los hij@s de todos los que deciden educarse  en los Centros públicos de este país. 




NO A LOS RECORTES! NO A LA LOMCE!

Mucha gente pequeña,
en lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas,
pueden cambiar el mundo
(Eduardo Galeano)

viernes, 19 de octubre de 2012

NODO. Irresponsables madres y padres piden educación pública para sus hij@s


Miles de padres y madres, radicales y antisistema, ataviados con provocativas camisetas verdes y armados con los cochecitos de sus bebes (estos incluidos), tomaron ayer tarde las céntricas calles de la capital del reino, para pedir, osadamente, una educación digna y de calidad para sus hij@s. Niños y niñas, abuelas, estudiantes, profesores, armados de libros, cuadernos y lapiceros se dirigieron hacia el Ministerio del excelentísimo y grande de España, Sr Wert, con la pretensión de que su señoría, graciosamente, atendiera sus increíbles peticiones Con gritos subversivos como 'Educación pública para todos y todas', 'Por la educación pública y por el futuro de nuestros hij@s' y otros osados eslóganes más, estos padres rebeldes han tomado las calles de la capital de España con un perverso objetivo: que sus vástagos tengan derecho a estudiar, en todos los centros educativos públicos del reino, de manera gratuita y acceder a una enseñanza que les convierta en personas libres y reflexivas.

Estas peligrosas familias, que no atienden a sacrosantas razones ni temen la ira de Dios, se han unido a la jauría de radicales y vagos profesores y, desde hace más de un año, vestidos de verde han ido tomando la calle con el vil propósito de que sus hijos puedan acceder a una buena educación y un mejor futuro. Familias irresponsables, que apoyan las huelgas de profesores y estudiantes y tienen la osadía de solicitar, insistentemente y con increíble vehemencia, manifestación tras manifestación, que la Ley de educación se consensúe entre todos los miembros del sistema educativo; que no se recorten recursos en los centros; que las familias sin medios suficientes puedan tener acceso a becas de libros y de comedor; que los estudiantes no estudien apiñados (no entienden lo bien que socializan así); que se contrate a los profesores despedidos; y otras absurdas peticiones que este Gobierno no puede atender. Los recursos del Ministerio de Instrucción han de ir destinados a los centros católicos que educan como Dios manda, y a los centros privados con profesores temerosos de la palabra divina que educan a sus pupilos en el BIEN, sin razonamientos que perviertan los cerebros de sus estudiantes. 

Esperemos que de una vez por todas, estos subversivos atiendan a razones y sigan disfrutando de la tranquilidad de sus hogares como mayoría silenciosa y obediente que el país necesita para progresar en una España grande y libre por la gracia de Dios. De no ser así, este Gobierno inmediatamente llevará al Congreso para su aprobación la nueva Ley de Orden Público, que permitirá al ciudadano cómodamente manifestarse de manera virtual desde su hogar. Porque este Gobierno solo hace lo que tiene que hacer, por el bien de todos.

martes, 16 de octubre de 2012

No lo aceptamos hay que demostrarlo




Hacemos un llamamiento especial a las familias para que realicen el día 18 de octubre una huelga de padres y madres, consistente en vaciar los centros educativos de todo el país, no llevando a nuestros hijos e hijas a dichos centros para defender sus derechos.
Ha llegado el momento de que demos un mensaje claro sobre la situación actual, las cosas han llegado hasta donde nunca deberían haberlo hecho y no estamos dispuestos a que sigan por ese camino

NO A LA LEY WERT. 



NO A LOS RECORTES EDUCATIVOS. 
La FAPA Francisco Giner de los Ríos nos ha enviado tres cuñas con las convocatorias de acciones (cuña 1) y los motivos para la Semana de lucha por la Educación Pública (cuñas 2 y 3):

Cuña 1: www.fapa.es/index.php?m=Documentos&op2=descargar&did=682&tid=3

Cuña 2: www.fapa.es/index.php?m=Documentos&op2=descargar&did=683&tid=3

Cuña 3: www.fapa.es/index.php?m=Documentos&op2=descargar&did=684&tid=3

domingo, 14 de octubre de 2012

Wert no es un ministro, es un mal payaso

Disculpen los profesionales del humor y de la sonrisa tan necesarios siempre y más en estos tiempos. Pero decididamente he llegado a esa conclusión y voy a explicar el porqué. Como ministro es un incompetente: un cargo público debe resolver problemas y no crearlos. Desde que hace como que ejerce ha demostrado un total desconocimiento de la educación española. No ha hecho más que aplicar recortes, hacer planteamientos contradictorios para luego olvidarse de ellos (por ejemplo sobre la estructura del bachillerato), crear falsas polémicas y enfrentarse al profesorado, las familias, los estudiantes, las universidades, las fuerzas del arte y de la cultura, un sinfín. Quizá los toreros sean los únicos que andan contentos. Es lo que tiene dar el salto desde una tertulia donde se habla de todo sin saber de casi nada y ser tan imprudente.
Su anteproyecto de ley educativa (LOMCE) se ha presentado sin memoria previa ni libro blanco que diagnostique la situación. Sin ningún rigor y sin ninguna evidencia científica que avale sus líneas de reforma. En fin, algo que da vergüenza ajena en la misma medida en que no la tiene el ministerio.
Se supone que una ley es para mejorar las cosas. No parece ser el caso, ya que la contrarreforma educativa que pretende Wert lejos de reducir el fracaso escolar o el abandono temprano de la escuela, va a aumentarlo aunque se pretenda legalizar el descarrile y la segregación por tres vías en la ESO: los programas de mejora del aprendizaje y el rendimiento, la formación profesional básica que no da derecho a título de ESO ni permite acceder a los ciclos formativos de grado medio y un 4º de la ESO –y su correspondiente reválida- orientado exclusivamente a la formación profesional sin ninguna posibilidad de vuelta atrás para jóvenes de 15 y 16 años. Eso sí, aumentará la segregación clasista, algo que junto con la confesionalidad y la existencia de un amplio sector educativo privado-religioso, son las herencias del franquismo que este ministro quiere reforzar.
La razón de esta incompetencia es la pura ideología neocon que profesa. Parte de ella para diseñar una enseñanza para élites que puedan pagarla, para desmantelar la educación pública y para abrir oportunidades de negocio económico e ideológico al sector privado y religioso. O para mantener posturas tan talibanas y disparatadas como financiar con fondos públicos a centros privados ultrarreligiosos que segregan por sexo, algo que es un error pedagógico y social.¿Cómo se puede calificar a un político que no para de dar el espectáculo? Uno siempre piensa que detrás de los comportamientos de todo político de cierto nivel hay una estrategia política, por ejemplo, cambiar algo a mejor o al menos ayudar al propio partido. Pero no. Hemos visto arriba que su gestión en el ministerio no ha hecho más que empeorar la situación de la educación y ha logrado enfrentarse a todos los sectores sociales, incluida la federación conservadora de familias. En cuanto a trabajar en favor del partido, alguna aportación hace con sus provocaciones: contribuye a desviar la atención de los principales problemas (recortes, empobrecimiento de la población, expropiación de lo público…)
Pero con sus continuas salidas de tono le hace un flaco favor al Partido Popular. Es el ministro peor valorado y tira a la baja de todo el Gobierno, contribuyendo a la sangría de votos. Es como un peso muerto que lastra la pésima imagen general del gobierno. Si las expectativas electorales del PP en Cataluña ya eran malas, con su ocurrencia de “españolizar al alumnado catalán”, las empeora de manera directamente proporcional a la irritación que provoca. Desde luego, lo suyo no es el don de la oportunidad. ¿Cómo se pueden decir estas cosas en pleno debate sobre el modelo de Estado, con una dinámica de afirmación nacional que lleva a que tres de cada cuatro personas de Cataluña defienda el derecho a decidir democráticamente?. Si pretendía españolizar Cataluña empezando por los jóvenes y adolescentes, lo que consigue es aumentar el nacionalismo. ¿Qué pretende, que los jóvenes catalanes griten el atávico y futbolero “soy español, español, español”? Y hablando de futbol, es tan ridículo como pretender que los culésse hagan del Real Madrid porque lo diga el Estado central.
Como es tan absurdo un planteamiento que niega la riqueza política y cultural de España, que rechaza la diversidad como un valor, uno llega uno a preguntarse sobre el por qué de tamaña provocación. Será porque quiere pasar a la historia de los Guinness como el ministro más denostado que se conoce, algo así como aquel camarero que presumía de no haber recibido una propina en 40 años de oficio. Será porque se ha pedido el papel de malvado en el Gobierno y se sacrifica generosamente haciendo de pararrayos de su presidente Rajoy.
El ministro Wert es un individuo, pagado de sí mismo, al que le pierde su soberbia y esos hábitos de los tertulianos, acostumbrados a hacer titulares a base de paridas. Porque su comportamiento no beneficia a nadie, ni al clima de convivencia ni a su partido, excepto a él, que está encantado de ir de malo. Le va tanto la marcha que ha perdido el sentido de la realidad. Nunca pide disculpas ni se arrepiente de lo que dice, busca lograr la unanimidad en su rechazo. Aplica aquel principio de que lo importante es que hablen de uno, aunque sea mal. Atentos a la jugada: seguirá tirando piedras a los charcos y dando el espectáculo. Por eso, no merece la pena pedirle a don Mariano que le cese, no sea que vaya a hacerlo, se quede sin burladero y la vida política además de oscura, se vuelva más aburrida al faltarnos el circo.

Agustín Moreno 
Profesor de Enseñanza Secundaria en Vallecas (Madrid)
Extraído de Cuarto Poder

jueves, 11 de octubre de 2012

Desinstalar WERT


Huelga de estudiantes y familias. Jueves 18 Octubre

CEAPA se suma a la semana de lucha convocada por el Sindicato de Estudiantes y convoca a la huelga a los padres y madres para el jueves 18 de octubre

CEAPA considera que la gravísima situación actual demanda una respuesta contundente del alumnado y sus familias. Estamos ante un ataque sin precedentes a los derechos del alumnado y de las familias, con recortes salvajes en la educación española que, en el contexto actual, se agravan por la coincidencia con otras medidas igualmente inaceptables.
Imagen de la noticia

Hemos arrancado un curso escolar que ha superado con creces los peores pronósticos y ha llegado el momento de que el alumnado y las familias, además de seguir realizando movilizaciones conjuntas con el resto de la Comunidad Educativa, eleven su voz para decirle al Gobierno Central, y a los Autonómicos que siguen su senda, que han llegado al punto de no retorno y que no estamos dispuestos a tolerar ni una sola medida más.
El alumnado y sus familias están soportando recortes en todas las partidas, que no hacen otra cosa que castigar las ya maltrechas economías familiares, abocando al abandono educativo a muchos alumnos por cuestiones económicas. Es intolerable y debemos cambiar radicalmente las medidas que se están tomando.
Sobran los motivos, pero queremos resaltar especialmente que el alumnado y las familias nos movilizamos conjuntamente porque:
• No aceptamos un nuevo cambio de Ley educativa. La sociedad española está cansada de que cada nuevo Gobierno se empeñe en modificar la legislación educativa, máxime si, como ocurre ahora, se hace sin contar con los diferentes sectores buscando cambiar el actual modelo social y satisfacer consignas ideológicas.
• No aceptamos que se nos mienta para justificar una reforma del sistema educativo español tergiversando datos y haciendo juicios de valor que no están basados en datos fiables y contrastados.
 • No aceptamos que se desmantele la educación pública para beneficio exclusivo de la iniciativa privada, desviando los fondos públicos para financiar entidades privadas, muchas de dudosa legalidad, que incluso se atreven a vulnerar la Constitución Española con la connivencia de quienes deberían cumplir y hacer cumplir el marco legal vigente.
• No aceptamos que haya niños y niñas que pasen hambre en los centros educativos, máxime teniendo en cuenta que ha contribuido a ello que determinados responsables políticos hayan decidido retirar las ayudas a sus familias justo cuando en tan sólo dos años la cifra de pobreza infantil en España ha crecido un 10%, sumando 205.000 menores de 18 años que viven en hogares que están por debajo del umbral de la pobreza a los más de dos millones que ya existían, incremento que es consecuencia del acoso y derribo al que están sometidos los derechos de los ciudadanos españoles.
• No aceptamos que se eliminen todo tipo de ayudas al alumnado y las familias, se incrementen las cuotas y las tasas, incluso creándolas donde no existían, incumpliendo el mandato constitucional de la gratuidad de la enseñanza y el derecho de acceso en igualdad de condiciones, llegando a ser habitual que los niños no dispongan de los libros de texto y el material curricular necesario para ejercer su derecho a la educación.
• No aceptamos que los irresponsables políticos que nos gobiernan sigan insultando al profesorado que enseña al alumnado español, que goza del respaldo de las familias españolas y del alumnado con el que conviven diariamente, en un ataque sin precedentes a la figura del funcionario público y de los interinos, a los que se trata en ambos casos como si fueran muñecos de feria, con el único objetivo de poner la educación en manos de la empresa privada y, con ello, de precarizar la profesión docente.
• No aceptamos que el Gobierno central, y los autonómicos que secundan sus directrices con alegría, sigan despreciando al alumnado y sus familias, lo que demuestran con sus actuaciones y con sus manifestaciones públicas. Se olvidan de que son nuestros servidores y no nuestros dictadores.
En definitiva, el alumnado y las familias decimos “hasta aquí hemos llegado”, y exigimos:
• El cese fulminante del Ministro Wert y de todo su equipo.
• La retirada inmediata del inaceptable anteproyecto de reforma de la LOE.
• La paralización inmediata de todas las medidas de recorte y desmantelamiento de la educación española.
• Y la apertura, con un nuevo equipo ministerial, de un proceso real de diálogo con los diferentes sectores de la Comunidad Educativa para buscar, entre todos, el consenso necesario para mejorar, de verdad, la educación española.
Y, por tanto, convocamos a las familias a sumarse a la semana de lucha que ha sido convocada por el Sindicato de Estudiantes, que se desarrollará entre los días 15 y 19 de octubre, implicándose en ella para que sean actuaciones conjuntas del alumnado y de los padres y madres. (Se adjunta calendario de actuaciones.)
Hacemos un llamamiento especial a las familias para que realicen el día 18 de octubre una huelga de padres y madres, consistente en vaciar los centros educativos de todo el país, no llevando a nuestros hijos e hijas a dichos centros para defender sus derechos.
Así mismo, os pedimos que facilitéis la posibilidad de que, solos o con vuestro acompañamiento según las edades y maduración de vuestros hijos e hijas, puedan estos participar de las manifestaciones de estudiantes que se celebrarán en la mañana del día 17 y, todos juntos, hacerlo también en las que se realizarán en la tarde del día 18. De igual forma, os pedimos que forméis parte de las Asambleas que se convoquen y de los piquetes informativos que se realicen.
Ha llegado el momento de que demos un mensaje claro sobre que las cosas han llegado hasta donde nunca deberían haberlo hecho y que no estamos dispuestos a que sigan por ese camino.

Madrid, 10 de octubre de 2012




martes, 2 de octubre de 2012

La infanta Elena de visita en un colegio de Pozuelo

Hoy miembros de la Plataforma por la educación pública de Pozuelo nos hemos acercado a la puerta del CEIP Infanta Elena, con la intención de poder hablar con la consejera de educación Lucia Figar y con el resto  de  autoridades  que acompañaban a la Infanta Elena. Todos ha venido a visitar el centro escolar que lleva su nombre. Preocupados como estamos por los recortes,  queríamos contarle también a la Infanta  nuestro malestar por los recortes que afectan a nuestros centros en esta dura época de crisis que vivimos.

Evidentemente no ha podido ser, ya que nuestras camisetas verdes han movilizado a la seguridad de la Infanta y a la policía nacional, que rápidamente nos ha obligado a identificarnos, y a permanecer  al  otro lado de la calle. Pero lo que no han podido controlar han sido nuestras protestas y pitos, que han molestado a la comitiva durante todo el acto, y al parecer ha afectado a la organización del acto.
La respuesta de las actuales gobernantes ante la protesta ciudadana legítima es: intentar acallar y obviar la realidad. Pero la realidad es terca, y es que los recortes en educación dejan a muchas familias sin becas de libros, de comedor, a colegios sin apoyos económicos y humanos cuando más se necesitan. Todavía y con el curso ya comenzado, hay Institutos en Pozuelo donde los alumn@s no tienen profesorado. Muchos niños este año no tiene plaza en las rutas, ni profesores de apoyo, ni de compensatoria, ni la orientadora está el tiempo que se necesita en los centros. No hay dinero para los autocares de las actividades escolares programadas, ni para las deportivas. Las bibliotecas de los centros mueren por falta de personal, ......  ¿sra. Consejera de educación Lucia Figar, es esto administrar bien la Educación de ésta Comunidad? Si no sabe hacer bien su trabajo lo mejor que podía hacer es dimitir.

Las familias están realmente preocupadas y observan impotentes como decisiones de nuestros gobernantes  y cambios de leyes, empeoran  la calidad de la educación que reciben sus hijos. Nuestros hij@s estudian  apiñados en clase; el profesorado desmoralizado por la campaña de acoso y derribo que reciben desde la Administración pública, y con sus sueldos reducidos, intentan hacer su trabajo lo mejor que pueden. Algunos equipos directivos reciben  presiones y acoso de la administración, en cuanto hay una mínima queja o malestar por los recortes en sus centros. Los Inspectores de educación en vez de colaborar en el funcionamiento de los centros, cosa que es su trabajo,  obligan a más burocracia sin razón actuando incluso como policías o políticos.
A los padres y madres, con la nueva ley de educación nos quieren   fuera  de los Centros escolares, de los Consejos Escolares, de la vida participativa fundamental de los colegios públicos.
 Todo es una sinrazón, cuyo único fin es hundir  un sistema educativo que ha funcionado durante muchos años, con sus carencias y problemas, pero que funcionaba. Así solamente se beneficia a la educación  privada, cerrando puertas a la igualdad social en nuestro país,  todos pagaremos esta insensatez.
Al parecer la libertad de elección de los padres que elegimos la pública, no es tan importante para la sra. Figar y el sr Wert, como la de los padres que eligen la educación concertada o la privada, o al menos no es tan cuidada y respetada por su Consejería de educación, que desprecia continuamente con sus leyes y normativas la educación de tod@s y para tod@s que representa la enseñanza pública.

En realidad, no parece importarle mucho a la Infanta Elena y a toda su comitiva la educación pública, ya que lo único que han venido a  hacer a Pozuelo es una foto  de cara a la galería con la que vender la imagen de la maravillosa enseñanza pública del país, así como lo solidaria que es la Casa Real, ocultando así la verdadera realidad de los recortes educativos. De esta manera están dando  la espalda  a la realidad cotidiana de los niños y de las familias que eligen la escuela pública en Pozuelo y en el resto de la Comunidad de Madrid. Nuestros gobernantes, además hacen dejación de su responsabilidad y de su competencia, que es  administrar con el dinero de todos, con justicia y responsabilidad, la educación pública que reciben sus ciudadanos, sin ideologías, sin religiones, sin partidismos ¿es esto una quimera?

¡Queremos comer como un diputado!

Ayer lunes el programa de el Intermedio de la Sexta, con Gonzo a la  cabeza, se acercó a la Asamblea de Madrid, con padres, madres y alumn@s de Centros públicos de Madrid,  para intentar acceder a su comedor . Las Asociaciones de padres y madres de alumnos están indignadas y quieren hacer saber a la población, que mientras se reducen las becas de comedor en los centros públicos, el menú de los diputados de la Asamblea está subvencionado, incluso es  más barato que lo que nos cuesta a los padres la comida de los niños en los Centros escolares. ¿Es esto justo en época de crisis? ¿Es justo que la Consejería de educación obligue a los padres a   llevar a sus hijos con tupper al colegio para ahorrarse subvencionar las becas de comedor? 


La Comunidad se quiere ahorrar dinero eliminando las becas de comedor y se inventan el tema de las tarteras, soltando el 'marrón' a los Consejos Escolares. Pero es curiosamente cuando  conviene a la Administración, cuando da autonomía y poder de decisión a los Consejos de los centros públicos, mientras que la nueva ley de educación LOMCE elimina de un plumazo esa autonomía, pasando a ser un mero consejo consultor.
Desde la Plataforma por la educación pública de Pozuelo y Aravaca creemos que lo sensato es plantarse y exigir a la Administración que administre, pues para eso les pagan a ellos y a sus asesores. Los Centros tenemos que tomar una postura unitaria que nos de fuerza ante un problema que las familias no han creado y que no tenemos porque resolver. Nos parece perverso que en una época de mayor necesidad social,  desde la Administración se eliminen las necesarias ayudas de libros y de comedor en los centros educativos públicos del Estado. 

Artículo 5 Usuarios del servicio de comedor Los alumnos podrán hacer uso del servicio de comedor llevando la comida elaborada en su casa. El Consejo escolar de cada centro determinará las condiciones y características relativas a la organización y utilización del comedor escolar mediante comida aportada por la familia, en el marco de la Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición.

lunes, 1 de octubre de 2012

¿Y si fuera su hijo?

Los alumnos que proceden de familias desestructuradas son la mitad del fracaso escolar, pero la otra mitad son sus hijos, chavales de familias sin grandes problemas
En los años setenta se hizo internacionalmente famosa una campaña de EE UU sobre el control de armas. Frente a los que reclamaban el rifle como una extensión de las libertades individuales, los partidarios de poner fin a esta situación diseñaron un cartel en el que una pistola gigantesca apuntaba a los ojos del espectador bajo el lema: “Y ahora... mírelo desde este punto de vista”.
Con la enseñanza ocurre algo parecido. Se ha instalado la idea de que el sistema educativo está fracasado por culpa de un modelo excesivamente permisivo y por la permanencia en las aulas de un alumnado que no quiere estudiar.
Como toda campaña, contiene algo de verdad y los docentes son los primeros en sufrirla. Sin embargo, no es toda la verdad, ni siquiera la raíz del problema, y en cualquier caso el autoritarismo y la segregación no son la respuesta.
La enseñanza no es un mar en el que desembocan las desigualdades culturales y económicas; los errores del modelo de crecimiento insostenible; el consumismo irresponsable y la insatisfacción social. Especialmente en la secundaria, este rompeolas es feroz porque se produce en unos protagonistas en plena adolescencia.
Para demostrar esto basta con un dato reciente: en los últimos cuatro años el índice de fracaso y abandono escolar ha bajado 10 puntos, cerca de un 30%, y la causa es simple y llanamente que los cantos de sirena del ladrillo, del consumo fácil se han apagado.
Sin embargo, miremos con más detenimiento el fracaso escolar, ese que, según el ministro Wert radica en la persistencia en las aulas de esos alumnos molestos que no quieren estudiar. Déjenme que les diga que tras esta afirmación hay, por parte del ministerio, una gran trampa dialéctica y, por los ciudadanos, una desculpabilización y desentendimiento de la labor educativa. A fin de cuentas, siguen siendo “los otros”, “las malas compañías” o el ambiente hostil el que hace fracasar a sus hijos.
Disculpen que les dé una mala noticia: no es esa la razón.
Para su desgracia (y esto sí que es un verdadero fracaso de la educación), el alumnado que procede de familias desestructuradas, o de situaciones de marginación no suele estar en las aulas más allá de segundo, o tercero de secundaria. Digamos que ellos son la mitad del fracaso escolar, pero la otra mitad, siento decírselo, son sus hijos, chavales procedentes de familias sin grandes problemas pero que tropiezan en la secundaria. Ahora que sabe esto, ¿está de acuerdo con la segregación temprana? ¿Cree conveniente convertir los estudios no en una fuente de formación humana y cultural, sino en una carrera de obstáculos en la que cualquier error se paga con la exclusión?
Es curioso que la reforma del ministro Wert no pretenda en realidad reformar absolutamente nada en la enseñanza, sino abaratar los costes y apartar rápidamente a los que fracasen. De camino le propinan una patada a las comunidades autónomas y a la educación en valores igualitarios. El profesorado queda reducido a un mero instructor de exámenes que no controla, navaja multiusos sin reconocimiento alguno a su labor.
Si se impone la reforma se acabarán muchas optativas fundamentalmente en el ámbito de la cultura. Se retornará a la enseñanza memorística, al valor único de los exámenes frente a la evaluación continuada y a una “especialización” de los jóvenes que lejos de prepararlos para el futuro, les privará de desarrollar sus capacidades. La apuesta por el desarrollo de la Formación Profesional se podría hacer perfectamente sin dañar el Bachillerato y dinamitar los puentes para la formación universitaria.
Si su hijo, porque se trata de él (y perdonen que hable en masculino pero el fracaso se escribe en este género), ha tenido un pequeño tropiezo puede optar por una formación profesional de baja calificación que carece de presupuestos, o ya puede ir buscando plaza en la enseñanza privada, que es la verdadera beneficiaria de estos modelos de segregación. El escaso debate sobre este proyecto nos indica hasta qué punto las ideas de la desigualdad y del “sálvese quien pueda” han calado, como lluvia fina, sobre la sociedad.

Concha Caballero
Artículo en El País Andalucia